La vejez puede ser una etapa activa y vital, no hay que pensar en ella como pasiva y dependiente. De todos nosotros depende la calidad de vida del adulto mayor.
El envejecimiento, o proceso normal de
cambios relacionados con el paso del tiempo, se inicia con el nacimiento y continúa
a lo largo de la vida. La ancianidad es la fase final de la vida.
La gerontología, es una ciencia
multidisciplinaria que estudia el proceso de envejecimiento y la etapa de la
vejez, cuenta con diferentes campos de aplicación, en los que participan
especialistas de múltiples ramas y profesionales que tienen como objetivo común
el tratar de mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores.
Estamos nosotros aquí no para darle más años a la vida, por el contrario
debemos darle más vida a los años, y esto implica llevar pautas en el
autocuidado en nuestra etapa de edad adulta.
De acuerdo con las proyecciones demográficas de la ONU, a partir del año 2003 una cuarta parte de la población del planeta tiene más de 60 años, y 1 de cada 3 adultos será una persona de edad. La esperanza de vida promedio vida al nacer es de más de 75 años, a los 60 años es más de 20 y a los 80 es más de 7 años. Para el año 2015 habrá por primera vez más adultos mayores que niños.
Uno de los campos quizá más influyentes en la etapa del adulto mayor es el soporte que le brinda las Enfermeras en el cuidado de su salud. Es de gran importancia el trabajo que realiza la enfermera en el primer nivel de atención, pues en su labor de promoción y prevención, es el personal que puede influir directamente en "aplicar medidas especiales para prevenir o enlentecer las enfermedades crónicas no transmisibles y se reorienten las políticas de salud dirigidas a promover la atención y permanencia del adulto mayor en la comunidad, de manera que la comunidad misma sirva de mecanismo mediante el cual se pueda evitar el confinamiento temprano o innecesario del anciano en su domicilio o en instituciones de larga estancia.
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