martes, 14 de mayo de 2013

AUTOCUIDADO EN LOS PIES, en los ADULTOS MAYORES

Todas las personas, y de manera especial las personas adultas mayores, para conservar su autonomía y poder desplazarse libremente requieren mantener su capacidad para movilizarse, y para ello es fundamental contar con un buen soporte: nuestros pies.

La base que sostiene nuestro cuerpo son los pies, y muestran el cuidado que se les ha dado a lo largo de la vida. Muchas veces los años de desgaste, el calzado inapropiado, la mala circulación y algunas enfermedades, los van deteriorando. Además los problemas en los pies son fuente de dolor y ponen en peligro la independencia de la persona adulta mayor.

Pero felizmente, se puede evitar tener problemas en los pies durante el envejecimiento.

 

 

 

 

 

 

 


Cambios y alteraciones de los pies durante el envejecimiento
  • La piel de los pies se vuelve rugosa, reseca y se puede cuartear o rajar.
  • Disminuye la sensación de dolor, tacto y presión.
  • Se engruesan las uñas y algunas se vuelven quebradizas
  • Disminuye la cantidad de grasa en la región plantar, es decir, su función amortiguador disminuye. Esto favorece la presencia de callos y dolor al caminar.
  • Además pueden existir manifestaciones de enfermedades como la diabetes o las varices, lo que hace que la marcha se haga difíciles y dolorosas
 
Problemas más frecuentes de los pies
Las enfermedades y problemas de los pies (rajaduras, cortes, hongos, juanetes, y espolones) causan dificultad para caminar y muchas molestias, produciendo dolor.
Cuando no cuidamos nuestros pies, pueden aparecer hongos y otras enfermedades. Algunas personas adultas mayores no pueden cuidar sus pies porque no pueden llegar a ellos con sus manos, e incluso no pueden mirarlos.
Entre los problemas más comunes en los pies durante esta etapa, tenemos: hongos y bacterias, uñas encarnadas, callos, juanetes, dolor, espolones y várices.


Hongos (micosis)
Se presentan tanto en la piel como en las uñas. La piel se enrojece, aparecen ampollas, costras, grietas, y picazón; generalmente se ubican entre los dedos.
Las uñas cambian de color, de blanco a amarillo, se engruesan y se rompen fácilmente.

Problemas de las uñas
Se vuelven gruesas y curvas, o se forman uñeros (cuando la uña se incrusta en la piel), provocando inflamación, dolor, infección y dificultad para caminar por el campo, el pueblo, etc.

Callos
Son una respuesta de protección frente a fricciones o presiones en la piel, principalmente se presenta en los pies.
La piel se vuelve dura y se abulta. Puede formarse en los dedos, en la planta de los pies y en el talón, es causado por el roce constante del zapato, sandalias, ojotas o por caminar descalzo.

Várices
Las várices son dilataciones anormales de las venas, que se presentan con mucha frecuencia en los miembros inferiores.
Las várices pueden causar hinchazón, dolor, ardor, picazón, adormecimiento y sensación de pesadez en los miembros inferiores.

Osteoartralgias
Son dolores en los huesos y articulaciones, que pueden ser causados por artritis, gota, artrosis, osteoporosis, etc. Esto produce dificultad para movilizarse.

 

Medidas de autocuidado de los pies en las personas adultas mayores

Higiene de los pies
Lavarse los pies diariamente, con agua limpia.
Asearse especialmente entre los dedos y alrededor de las uñas. En algunas zonas rurales utilizan piedritas especiales, como la piedra pómez.
Secar bien el pie, con un paño limpio y suave, especialmente entre los dedos, para evitar que aparezcan los hongos.
Revisar diariamente entre los dedos, alrededor de las uñas y en la planta de los pies, si hay enrojecimiento, ampollas, heridas, callos, cortes, grietas y uñeros; consulte al personal de salud.
Recomendar que las personas adultas mayores que no pueden lavarse los pies solos, deben pedir ayuda.


Higiene de las uñas

Limpiar y recortarse las uñas, para evitar que se rompan y causen heridas; aconsejar que primero remojen los pies con agua limpia, ya que se ablandarán y el corte será más fácil y rápido.
El corte debe ser recto. No redondear el borde de las uñas formando surcos, ya que al crecer las uñas tienden a incrustarse en la piel cercana, causando uñeros.
Observar si las uñas cambian de color y grosor, porque pueden estar enfermas.
Si la persona por sí sola no puede cortarse las uñas, pida ayuda.
Si existen uñeros, heridas u otras lesiones, acuda al centro de salud.


Uso del calzado
  1. De ser posible, recomendar el uso de zapatos, zapatillas, sandalias, ojotas, yanquis, u otros, que permitan que los pies estén cómodos cuando las personas vayan a caminar, sembrar, cosechar, pastear, etc. Estos calzados cómodos proporcionan seguridad, y no dañan la piel.
  2. No usar medicamentos o sustancias de animales o plantas, no indicados por los médicos porque pueden causar irritación, alergias o lesiones en el pie.
  3. Evitar el calzado o prendas de vestir muy ajustadas porque pueden interrumpir la circulación de la sangre hacia los pies (medias ajustadas, pantalonetas, fajas, soguillas, amarras en las piernas).
  4. Realizar ejercicios de circulación levantando los pies al menos tres veces al día.
  5. Para mejorar la circulación, frotarse los pies con masajes desde la punta de los dedos hacia las rodillas, por lo menos dos veces al día.
  6. Evitar estar de pie o sentado por mucho tiempo.

 

Recuerde: Los pies son la base que sostiene nuestro cuerpo, ¡CUÍDELOS!

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